Sobre nosotros
Sirviendo desde 1990
Nuestra Historia
Esta historia empieza cuando dos hermanas (Ester Pacheco y Noris Cruz) llegan a Nueva York, después de haber migrado desde El Salvador. Todo comienza en el año 1990 cuando después de una crisis laboral, a una de ellas se le ocurre la idea de hacer quesos artesanales como lo solían hacer en su país y así ser dueñas de su propio negocio. Todo esto surgió con la idea de traer a los Estados Unidos los sabores tradicionales centroamericanos, y así hacer sentir a la comunidad hispana más cerca de sus tradiciones .
Noris y Ester empezaron su producción con 7 galones de leche y hoy en día se utilizan en la planta de producción más de 100.000 galones de leche a la semana. Una de ellas se encargaba de la producción de cuajada y empanadas de plátano hechas en casa y la otra hermana se encargaba de salir a venderlos de puerta en Puerta. Sus productos gustaron tanto que el negocio empezó a crecer e ingresaron dos personas más al negocio. (Gumercindo Cruz y Vicente Sirias)
Se empezaron a expandir y se abrieron nuevas oportunidades de distribución en las pocas bodegas hispanas que habían en el área en esa época, los productos se llevaban en una camioneta Van con neveras portátiles para mantener la calidad del producto . Hoy en día la camioneta van se conserva como recuerdo en el parqueo de la planta de producción.
Para 1993 ya se habían mudado a una pequeña planta de producción y adquirieron una pasteurizadora pero la mayor parte del proceso seguía siendo manual.
Al principio no fue fácil ya que había poca población hispana en New York pero esta fue una de las razones que los impulsó a arriesgarse a a buscar nuevos mercados en otros estados viajando largos trayectos en camión y con una hielera siempre a la mano llena de productos de Quesos la Ricura .Con el tiempo poco a poco empezaron a adquirir más camiones para hacer distribución logrando que hoy en día los productos de la Ricura se puedan encontrar en todos los Estados Unidos.
En 2001 ya habían 40 empleados trabajando en la planta y el negocio crecía sin parar por tanto decidieron tomar un préstamo en el banco para comprar una planta de producción solo con la fe en Dios y la certeza de que su negocio se iba a expandir e iba a ser un total éxito. Hoy en día es la planta de producción que funciona en Hicksville, junto con otra en Farmingdale y un almacén que funciona como centro de distribución en Brentwood con un total de más de 400 empleados. Al día de hoy la empresa cuenta con maquinaria totalmente avanzada y con instalaciones de primera, el proceso productivo es excelente y el control de calidad es de nivel superior.
Los cuatro fundadores y propietarios de la fábrica, concuerdan en afirmar que el crecimiento que la empresa ha tenido se debe a la bendición que Dios les ha dado y a la fidelidad de ellos para con Él.
Los diezmos y las ofrenda son las herramientas que le han dado la fortaleza económica a la compañía como lo afirma Ester Pacheco, “Dios nos ha probado para saber que tanto Él nos puede dar”. “Nosotros no solo le damos al Señor el diezmo que pide y que es de Él sino que le damos más. Un día yo le dije “Señor pruébame”, dame las bendiciones que Tú quieras y verás que no me duele dar el diezmo”, y el Señor desbordo como un gran río sus bendiciones porque esta compañía no para de crecer y crecer y esto es una gran satisfacción.
Esta fue la petición de Ester Pacheco a Dios después de haber cumplido su sueño de llegar a los Estados Unidos desde su país natal El Salvador.